1. La vivienda y el lugar donde vives es determinante del perro que puedes tener. Si vives en un piso pequeño no es aconsejable tener un perro grande. Si vives en una zona con veranos muy calurosos no podrás tener un perro cuya raza tiene como tierras de origen el frío y las montañas nevadas la mayor parte del año. Hay que ser realista. Hazlo por tu mascota. Por mucho que quieras cuidarla sufrirá mucho y no se integrará en el medio que le impones. Hay muchas razas de perros. Hazte aconsejar por quienes saben y elige la mejor raza para tu vivienda.
2. Hay que cuidar la higiene de tu perro y ser paciente al máximo. Debes saber que tu perro hará sus necesidades dentro de la casa durante mucho tiempo, antes de que puedas educarlo. Tendrás que soportar olores muy fuertes.
3. Tendrás que alimentarlo muy bien.
4. Te deberás preocupar por la educación de tu perro. Muchos perros son agresivos, porque sus dueños lo son. Si sabemos manejar bien a un perro, nunca nos dará problemas, incluso si son de las razas que son calificadas frecuentemente como problemáticas en los medios de comunicación. Lee libros sobre perros, asiste a “talleres de socialización” donde el dueño y el perro reciben clases de adiestramiento. Hay que educarlo para convertirlo en un buen animal de compañía.
5. Deberás seguir con rigor todas las vacunas y revisiones. Es muy importante que controles todas las vacunas y revisiones de salud de tu perro desde los primeros días, ya en tu casa. Apunta las fechas y no dejes pasar tiempo más allá de las fechas que te han indicado.
6. Conoce a tu perro. Aprende a conocer tu perro. Cuando lo paseas, lo bañas, lo llevas en el carro, por la calle; observa qué hace cuando oye los estallidos de cohetes, truenos. Así tendrás que enseñarle cosas y estudiar sus reacciones y sus miedos.